El regalo de cumpleaños
Los papeles que ayer me regalaron
para usar en las cartas que yo escriba
han llegado muy tarde para emplearlos,
ya no soy una niña presumida.
No preciso colores ni perfumes
en las líneas que envío por correo
si a las mismas las mando a familiares
o a colegas con quienes me carteo.
Pero sé que al regalo me lo dieron
como muestra de afecto, fue mi día,
y ello hace que aprecie sus colores
su tersura, su don, su fantasía.
Y no quiero dejar que en estos sobres
se acumule la nada, que es vacía
y es por eso que pienso utilizarlos
como cofres que guarden mi poesía.