miércoles, 30 de junio de 2010

Poema del libro Surcos de Luz



Templo sensible

Ved los cuerpos que caminan
en estas calles y tiendas
a todos tengo conmigo
aunque ellos ni lo entiendan

Algunos no han comprendido
que son un templo divino
y arruinaron su existencia
profanando sus destinos

Pero aquellos que respetan
sus cuerpos como es debido
los cubro con bendiciones
y serán los redimidos.

Hay virtud en oponerse
a los afectos carnales
y es castidad que se guarda
aun en lazos conyugales.

Y ese lazo puede ser
con otro cuerpo encarnado
o quizás con la deidad
a que fuiste consagrado

Si sentiste que tu cuerpo
nació para ser procreado
trata de encarnar amor
y no delitos humanos.

Y al tener un inocente
que nació de tus entrañas
no abandones la misión
de educarlo y darle crianza.

Pues esta es ley natural
del que vive y es consciente
las razones te lo dicen
y con el corazón se siente.

Sólo así podrás tener
un mundo libre de SIDA
o de otras plagas que aquejan
a quien profana la vida.

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