jueves, 4 de noviembre de 2010

Poema del libro Palabras para Sembrar



La casita de mi alma


Observaba un caracol
que con baba dibujaba
el camino recorrido
mientras su casa portaba.

Y pensé, nació con casa
que fue creciendo con él
mientras yo nací desnudo
sin poderme proteger.

Y de pronto comprendí
que mi cuerpo es diferente
no me derrito al andar
ni necesito esconderme.

Yo soy un alma que tiene
la cubierta inteligente
bien provista de sentidos
que me orientan y protegen.

Es mi cuerpo la casita
que mi alma procuró
con él veo, con él oigo
con él capto hasta el olor.

Tengo una lengua que gusta
de lo dulce y buen sabor
y dedos en ambas manos
que al dar tacto, dan amor.

Acarician y perciben
suavidades y asperezas
y también temperaturas
conque cuenta la materia.

Capto con estos sentidos
cuanto puedo comprender
y obtengo así informaciones
que guardo dentro del ser.

Pues la casita de mi alma
tiene memoria en cerebro
y también una virtual
que la construí con mis méritos.

Esta casita de mi alma
es la que quiero y respeto
ella siempre me protege
aunque yo no esté despierto.

Cierra sus ojos de noche
para captar energías
y despliega su potencia
en mi andar de cada día.

Voy a cuidar mi casita,
este cuerpo conque Dios
proveyó a cada criatura
al diseñar su creación.

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