domingo, 11 de diciembre de 2011

Poema del libro Palabras para Sembrar



Hay música en mi jardín

La música de las esferas
se embellece en mi jardín
reforzada con sonidos
que se producen allí.

Son los cantos y gorgeos
de pajaritos que vienen
a anunciar un nuevo día
para gozar, pues no llueve.

Y ellos vuelan, pian y saltan
mientras buscan su alimento
que son semillas y migas
que encuentran para sustento.

Hay calandrias y zorzales
y otros pájaros pequeños
que compiten en cantar
con trinos que son un sueño.

Revolotean sin cesar
algunos hicieron nidos
y me miran cuando salgo
y si entro vienen conmigo.

Es que encontraron en mí
de ellos una gran amiga
y al buscar mi compañía
tendrán festín con las migas.

Pero ellos tienen sus horas
para darme los conciertos
pues para dar armonías
precisan estar despiertos.

Y se duermen en sus nidos
cuando el sol no los alumbra
y son otros los sonidos
que emergen en las penumbras.

Las chicharras y los grillos
cantan sin cesar a veces
y son sonidos agudos
que al punto nos estremecen.

Pero siempre hay vibraciones
que produce mi jardín
si no hay animal que cante
el viento las hace allí.

Con las hojas, con las ramas
con las flores o al pasar
por los árboles y plantas
que así las sacudirá.

¡Qué murmurio se produce!
Qué paz nos da el escuchar
las vibraciones de plantas
que el aire fue a acariciar.

Y si las plantas reciben
agua que las regará
el sonido de la lluvia
es música celestial.

Si cuando voy al jardín
ya dispuesta a descansar
me deleito con sonidos
de este ámbito natural.

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