domingo, 18 de marzo de 2012

Poema del libro Palabras para Sembrar



Travesura infantil

Yo no sabía que pasaba
por ese cuerpo infantil
pero ese niño lloraba
sin razón o porque sí.

La madre muy preocupada
al pediatra lo llevó
y el médico como es rutina
a su cuerpo revisó.

Todo estaba muy perfecto
y él de nada se quejó
hasta que el médico lo mira
y pregunta ¿Qué pasó?

El niño muy asustado
a la madre la miró
y el médico, muy entendido
-Salga afuera -le ordenó.

Decime lo que ha pasado,
esto está entre vos y yo
por qué lloras cada rato,
es que algo sucedió?

Fue el canario, que se ha ido
abrí la puerta y voló
y yo le dije a mi madre
que el gato se lo comió.

Lo de echar la culpa al gato
era común en los niños
pero éste había enfermado
sólo por haber mentido.

De pronto el médico le dijo
has perdido la salud
solo por haber mentido,
por la falta de virtud.

-Quiero encontrar mi salud-
dijo el niño de repente
Decime dónde se ha ido
la buscaré para siempre.

Nunca mas voy a mentir
si me dices dónde está
yo mismo voy a buscarla
para conmigo guardar.

El medico encontró la forma
de responder al infante
pues se acordó de una estatua
que había de representarle.

Y respondió, está acá cerca
es una estatua de mármol
rodeada por mucho césped
en plaza del vecindario.

Y el niño le dijo al medico
¿Es en la plaza de enfrente
donde está ese monumento
rodeado por una fuente?

Si, es ahí mismo, le dijo,
anda mañana y búscala
yo sé que ella volverá
me lo dijo esta mañana.

El niño quedó pensando
sobre el medico que lo atiende,
él sabe donde se encuentra
la salud cuando se pierde.

-Señora, puede volver
el problema está resuelto,
el niño puede encontrar
la salud que está pidiendo.

Mañana la llamaré
preguntaré por teléfono
si el niño ya está mejor
o es necesario traerlo-.

Al otro día temprano
se fue el infante a la plaza
y ubicó ese monumento
que el médico recomendara.

Se paró frente a la estatua
y contempló su contorno
De pronto escuchó una voz
que lo increpó de este modo:

Me buscas, aquí me tienes
soy la salud, hecha piedra
yo penetraré tu cuerpo
cuando limpies tu conciencia.

El niño se fue a la casa
buscó a su madre y le dijo:
-El canario se voló
no fue el gato el asesino-

Ya sé, le dijo la madre
fui yo quien fue a recibirlo
vino a cantar a su jaula
y me atrajo con sus trinos

le puse agua y alpiste
entró a la jaula sólito
y yo le cerré la puerta
y me lo traje al pasillo.

Anda a verlo como está
se ve sano y muy contento
¡Así estoy yo, madre mía,
fue el canario mi tormento!

A la tarde sonó un timbre
no es de la calle, es teléfono
era el médico preguntando
si la salud había vuelto.

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