viernes, 30 de mayo de 2008

Del libro "Palabras para Sembrar"

Fuego de mi hogar


Al calor del fuego... pasaba las horas

buscando tibieza del aire en mi alcoba

mirando las llamas salir del hogar

recibiendo lumbre, gozando de paz.


Por qué la tibieza del aire en mi cuerpo

y el sonido suave, murmurio del fuego

producen placeres tan suaves, tan tiernos

que incitan al sueño y a soñar despiertos?


De todas las cosas que tiene el invierno

el frío implacable, árboles sufriendo

sin flores, sin hojas, caminos desiertos

hay algo que gusto, la vista del fuego.


De este fuego amigo, que tengo en mi casa

que controlo a gusto con llaves que pasan

que puedo graduarlo, dejarlo en un punto

que caliente justo al grado que busco.


Pensar que hace años buscaba la leña

para hacer el fuego de esta chimenea

y que el prenderlo costaba trabajo

cuando no eran secos los trozos de gajos


y que al encenderse producían cenizas
que en manchas blanqueaban las brasas rojizas
a veces dejaban trozos de carbón
por quemar a medias en la combustión


y esos negros trozos que se acumulaban

podían atizarse con pinzas y palas

hasta que saltaban chispas por doquier

y usando baranda debías contener

y así detenías las chispas del fuego

y no se quemaban alfombras o suelo,

hoy quedan de adorno estos instrumentos

fueron suplantados por gas y ornamentos.


Pero sigo viendo fuego entre los leños

y sigo sintiendo el calor del fuego

y no me preocupo de ocuparme luego

por saber si debo atizar de nuevo.


Gracias al progreso que ahora tenemos

podemos brindamos placeres caseros

con solo mover una llave que al fuego

lo produce el toque de chispa o yesquero.


No me faltes nunca, fuego del hogar,

vete en el verano para descansar

pero cuando sientas que el aire se enfría

retorna enseguida, no pierdas un día.


Te estaré esperando, sos mi compañía
me abrigas, complaces y también me inspiras.
Si rojo, azulado, brillante, apocado
no importa tu aspecto, te tengo a mi lado.

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