Fuego de mi hogar
Al calor del fuego... pasaba las horas
buscando tibieza del aire en mi alcoba
mirando las llamas salir del hogar
recibiendo lumbre, gozando de paz.
Por qué la tibieza del aire en mi cuerpo
y el sonido suave, murmurio del fuego
producen placeres tan suaves, tan tiernos
que incitan al sueño y a soñar despiertos?
De todas las cosas que tiene el invierno
el frío implacable, árboles sufriendo
sin flores, sin hojas, caminos desiertos
hay algo que gusto, la vista del fuego.
De este fuego amigo, que tengo en mi casa
que controlo a gusto con llaves que pasan
que puedo graduarlo, dejarlo en un punto
que caliente justo al grado que busco.
Pensar que hace años buscaba la leña
para hacer el fuego de esta chimenea
y que el prenderlo costaba trabajo
cuando no eran secos los trozos de gajos
y que al encenderse producían cenizas
que en manchas blanqueaban las brasas rojizas
a veces dejaban trozos de carbón
por quemar a medias en la combustión
y esos negros trozos que se acumulaban
podían atizarse con pinzas y palas
hasta que saltaban chispas por doquier
y usando baranda debías contener
y así detenías las chispas del fuego
y no se quemaban alfombras o suelo,
hoy quedan de adorno estos instrumentos
fueron suplantados por gas y ornamentos.
Pero sigo viendo fuego entre los leños
y sigo sintiendo el calor del fuego
y no me preocupo de ocuparme luego
por saber si debo atizar de nuevo.
Gracias al progreso que ahora tenemos
podemos brindamos placeres caseros
con solo mover una llave que al fuego
lo produce el toque de chispa o yesquero.
No me faltes nunca, fuego del hogar,
vete en el verano para descansar
pero cuando sientas que el aire se enfría
retorna enseguida, no pierdas un día.
Te estaré esperando, sos mi compañía
me abrigas, complaces y también me inspiras.
Si rojo, azulado, brillante, apocado
no importa tu aspecto, te tengo a mi lado.
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