domingo, 8 de junio de 2008

Del libro: "Surcos de luz"


Lo oído me hizo pensar


Mientras espero un momento

que al microscopio lo dejen

pude oír lo que decían

al conversar los pacientes.


-Yo no preciso aparato

tengo los que Dios me dio,

cuando siento ganas canto

y del canto vivo yo-


-Yo tampoco lo preciso

mi oficio es de catador

y mientras el gusto aguante

me encanta mi profesión-


-Pues yo vivo de perfumes

que fabrica mi mujer,

escojo los que son buenos,

tengo la virtud de oler-


-Yo escucho a quienes quieran

sus cuitas muy bien contar

y me gradué de Psicólogo

para poderles cobrar-


-Yo vivo de la belleza

que nos regalan las flores

combino formas, tamaños,

sus perfumes y colores


y con ellas hago palmas

coronas, ramos, arreglos

que la gente selecciona

para ofrecer sus obsequios-


-Yo soy un buen artesano

pues aprendí de mi padre,

modelo obras de arte

con muy simples materiales-


-Yo cosecho en la campiña

los yuyos medicinales

que encuentras en droguerías

de los centros comerciales-


Cada uno comentaba

su manera de ganar

el sustento en esta vida

que procuramos guardar


Gente simple, sin problemas

parecían muy contentos

charlando amigablemente

mientras disfrutan su tiempo


Cuando acabé de escuchar

y analizaba lo oído

pensé, esta gente es feliz

y lo tiene merecido


no depende de patrones

de aparatos, ni de obreros,

sólo utilizan los dones

que al nacer ya recibieron


En cambio yo no contaba

ni con el tiempo en que estoy

pues dedicada a docencia

y haciendo investigación

la vida se me iba yendo
en cosas que sólo doy
postergando a mi persona
y a mi arte que es un don

Entonces tomé un papel
que en blanco tuve a mi alcance
y así escribí estos versos

que hoy quisiera regalarles.

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