Fin del segundo milenio
Las aguas arrasaron Venezuela
por las lluvias, dijeron al final,
los laúdes corrían torrentosos
arrastrando muebles, rompiendo cada hogar
Sepultando la gente con escombros
y cubriendo con barro su pasar
Algunos disparaban presurosos
con niños que agarraban al andar
Los países mandaban sus socorros
sin siquiera saber en realidad
que hacer "in situ" con tamaña furia
sin hallar pistas en donde aterrizar.
En el resto del mundo, la violencia
seguía su rutina sin aminorar
las drogas, corrupción y delincuencia
nos quitaron la paz, tranquilidad
Guerrillas por doquier, en todo el mundo
nunca faltan excusas para emplear
armas que matan, mutilan o que expulsan
a los pueblos que habitan un lugar.
¿Por qué tanto desorden y atropello
qué pretende el que ataca, el invasor?
¿Instaurar el infierno con sus armas
por un sueldo, una orden, una razón?
Si hay razones: que hablen y bien claro
puede haber un arreglo en la cuestión
pero si solo avanzan con sus armas
todos perdemos, no hay un ganador.
¿O es que acaso esto es un designio
que nos conduce a auto destrucción
por causas que no capta nuestra mente
pero que fue planeada ya por Dios?
Yo creo que la causa está en los hombres
es locura en el mundo, en la región
Son las mentes que pierden la armonía
por cambios en la tierra, quizás en rotación
Dicen que el eje cambiará sus polos
ya no estarán donde se encuentran hoy
las brújulas tendrán su polo norte
en otro punto distinto al que buscó
Yo sólo pido que el Señor me ampare
que me salve del caos y el horror
pues este es el infierno de los tiempos
y yo me porto bien ¿Verdad Señor?
No hay comentarios:
Publicar un comentario